El avión utilizado era un 767 de 10 años de antigüedad que se mantiene en excelente estado. La clase ejecutiva era muy cómoda y se reclinaba lo suficiente como para permitirme dormir. La tripulación fue excelente y muy atenta. Los únicos dos inconvenientes fueron: a) la calidad de la comida, la carne de res estaba muy dura y por debajo del estándar para el servicio de clase ejecutiva; y b) el entretenimiento a bordo ofrecía poco para los no mongoles. En general, volaría con gusto de nuevo con MIAT.